El evangelio del domingo pasado y de este estan ligados. El primero nos habla del sembrador, de la semilla y la tierra en la que cae en cada una de ellas.Obviamente esa tierra son nuestros corazones y los frutos (buenos o malos) dependen de cómo vivimos la palabra de Dios.
En el segundo vemos cómo tiene que existir el trigo en medio de la cizaña, pues un enemigo sembró la mala semilla en un descuido de los siervos. Dios nos permite, en la medida que no le pongamos impedimento, crecer en medio de un ambiente que puede ser problemático.
Homilía del 13 de julio, El Sembrador.
Homilía del 20 de julio, El trigo y la Cizaña.
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